El director general del Infonavit destacó que en México hay un “nuevo comienzo” en materia de vivienda y desarrollo urbano
En el marco de la ceremonia por el Día Mundial del Hábitat, Carlos Martínez, director general del Infonavit, expresó su rechazo a las condonaciones fiscales que la administración anterior realizó a desarrolladoras de vivienda por 7,000 millones de pesos. Este hecho, dijo el directivo, demuestra “la magnitud del contubernio del gobierno con los grandes desarrolladores”.
En su mensaje ante funcionarios del gobierno federal, y con la presencia de Maimunah Mohd Sharif, Directora ejecutiva de ONU Hábitat, el Director del Infonavit señaló que este contubernio entre el gobierno y desarrollados “representó la claudicación del Estado mexicano en la conducción de la Política Nacional de Vivienda”, lo que devino en “un desastre en el desarrollo urbano”.
“A ese monto ascienden las condonaciones fiscales que Homex y Corporación Geo y sus filiales recibieron entre 2007 y 2015. De esa magnitud era el contubernio del gobierno con los grandes desarrolladores, e implicó la claudicación del Estado mexicano en la conducción de la Política Nacional de Vivienda.“Una dinámica que culminó en un desastre en el desarrollo urbano y el manejo de desechos sólidos en nuestras ciudades”.
Carlos Martínez aseguró que la entrada del nuevo gobierno representó “un nuevo comienzo” en materia de vivienda y desarrollo urbano. En este, indicó, hay un nuevo trato con empresarios, en donde el Estado tiene como prioritaria recuperar la rectoría en materia de tierra y vivienda.
“Les comparto tres principios que, en mi opinión, son la base de este acuerdo y de este Nuevo Comienzo: 1. El Estado está al servicio del pueblo y de la demanda de vivienda; 2. El programa nacional de vivienda que dicta la Sedatu es la única fuente normativa que regirá la política de otorgamiento de créditos por parte de las instituciones de Estado; y 3.- El Programa Nacional de Vivienda tendrá como objetivo principal el fomento de la vivienda adecuada.
“Para que nunca más el Estado mexicano condone 350 millones de dólares en impuestos a empresas que desarrollan vivienda, mucho menos si es vivienda de mala calidad, lejana a los centros urbanos y de trabajo y sin una adecuación cultural apropiada”.
