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La vivienda es el gran motor de México

Por Horacio Urbano

Octubre 2016

Durante las décadas recientes, pocas actividades productivas han aportado a México lo que le ha dado la vivienda.

Es la segunda industria a nivel nacional medida por su aportación al Producto Interno Bruto (PIB), la primera considerando el número de empleos que genera e inyecta dinamismo a más de 40 ramas económicas.

Pero más allá de números que puedan reflejar su éxito como actividad productiva, la vivienda se ha consolidado como un instrumento fundamental para construir una sociedad más justa y ciudades eficientes y competitivas que sean el marco propicio para su desarrollo.

Carlos Medina Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), reflexiona sobre el papel que juega la vivienda en el proceso de construir un mejor futuro para México.

 

Actividad fundamental

“La vivienda es un bien fundamental desde la perspectiva que se le quiera ver, es factor determinante para el desarrollo social y motor fundamental de la economía, particularmente en momentos en que lo que se requiere es fortalecer los mercados internos.

“Y hay que decir que en México ya hace rato que hemos descubierto el valor de la vivienda y que lo hemos sabido aprovechar, generando millones de viviendas, que más allá de los beneficios que han aportado a la economía, han sido fundamentales para mejorar calidades de vida y entornos urbanos.

“Hoy reconocemos en la vivienda, la segunda actividad productiva del país, medida en lo que respecta a su aportación al Producto Interno Bruto… Pero es la primera si  lo que se mide es el número de empleos generados.

“Además, la vivienda tiene entre sus virtudes la baja dependencia de recursos públicos, su alto consumo de insumos nacionales y el hecho de no ser una actividad monopólica en ningún aspecto, ni hay empresas dominantes, ni concentra su operación en una ciudad o región específica del país”.

 

Hay mucho por mejorar…

“Se hace vivienda en todas las regiones de México y participan en eso cientos de empresas, la mayoría de ellas de esencia fundamentalmente local.

“Aunado a esto, la vivienda ha cumplido con un papel fundamental como instrumento anticíclico que ha permitido a México resistir ante crisis económicas tan grandes como la que en el 2008 inició en Estados Unidos con las hipotecas subprime.

“Por supuesto, a lo largo de los años se han ido detectando muchos aspectos susceptibles a ser mejorados en el proceso de hacer vivienda… Hoy tenemos objetivos muy claros y bien instrumentados en lo que respecta a formas más sustentables de construir, privilegiando la protección del medio ambiente, y hay también nuevas políticas dirigidas a consolidar mejores entornos urbanos”.

 

Más allá de los números

“En este tiempo nos hemos dado cuenta de la importancia de implementar modelos de vivienda y ciudad perfectamente analizados en procesos en que participan los tres órdenes de gobierno, sociedad e iniciativa privada.

“A todos nos ha quedado claro que el éxito de esta actividad no se mide en número de viviendas vendidas o hipotecas generadas, sino en la calidad con que se cumplen objetivos sociales y urbanos.

“Somos una industria que entiende muy bien su papel como constructor de un mejor futuro para México… Un futuro no de casas o dueños de casas, sino de ciudades más eficientes, justas y competitivas, que sean resultados de procesos integrales de planeación, regulación y gestión.

“Sobran indicadores que reflejan la transformación de un México que alguna vez fue fundamentalmente rural, a uno que será inevitablemente urbano.

“Y lo que los empresarios de la vivienda queremos, como parte de esta sociedad, es que ese proceso permita aportar nuestra experiencia para generar viviendas que abonen a la solución”.

La gran oportunidad

“Nosotros vemos el reto habitacional como la gran oportunidad de México… Donde hoy, a pesar de contar con un parque habitacional del orden de 35 millones de viviendas, se reconoce un rezago de 9 millones de unidades, considerando viviendas nuevas, pero también el mejoramiento o reciclamiento de muchas viviendas que hoy, o ya cumplieron su ciclo de vida, o es evidente que registran importantes carencias.

“Y no son solo números; en cada caso hablamos de necesidades y posibilidades muy específicas… En cada caso hablamos de la necesidad de que los organismos federales de vivienda sigan generando productos crediticios que respondan a las posibilidades de la gente, así como de que los gobiernos locales generen los marcos regulatorios que permitan atender en forma eficiente la enorme demanda.

“Por supuesto, en esto mucho ayuda la nueva Política de Vivienda y la nueva estructura que dio al sector a partir de una Secretaría, Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, territorial y Urbano), que es el gran coordinador que hace posible alinear objetivos y esfuerzos.

“Se trata de convertir el reto habitacional en una gran oportunidad, y de que juntos, sociedad, gobiernos e iniciativa privada, sumemos fuerzas para aprovecharla”.

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